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, TlaxcalaReseña Histórica, TlaxcalaEpoca PrehispánicaLos cazadores nómadas dejaron testimonio de su presencia en Apizaco, hace casi 10 000 o 12 000 años, mediante una pequeña \"lasca\" retocada, que en asociación con paleofauna fue encontrada por el arqueólogo Rafael Abascal, en un sitio que se localiza a escasos 8 kilómetros al sudoeste de la cabecera municipal. La lasca se halló en una capa fosilífera menos profunda, que la que guardaba la punta de proyectil tipo \"clovis\", descubierta en San Juan Chaucingo del municipio de Santiago Tetla, de similar antigüedad. Sin embargo, estos nómadas no se establecieron en el territorio del actual municipio de Apizaco, sino más bien continuaron su recorrido hacia El Bloque Tlaxcala, la sierra La Caldera, El Bloque Nativitas y el extremo oeste, limítrofe con Calpulalpan, donde hallaron condiciones más propicias para transformarse en núcleos sedentarios, quienes irán constituyendo asentamientos hasta conformar la República de Tlaxcala. Durante varios milenios, el territorio de Apizaco permaneció deshabitado. No sería sino hasta las fases Texoloc y Tezoquipan, que el territorio de Apizaco lo ocuparon grupos humanos que han dejado vestigios arqueológicos pertenecientes a estas fases, además de otros asentamientos que pertenecieron al corredor teotihuacano durante la fase Tenanyecac. Solamente hacia el año 650 d.c., se encuentran referencias a tres sitios pertenecientes a la fase cultural Texcalac: San Miguel Contla, que se localiza al sudeste de la cabecera municipal; otro sitio en la cumbre y laderas del cerro Ahuatepec, al norte de la ciudad de Apizaco y, finalmente, el de la loma de Santa María Texcalac, que dio nombre a esta fase. De las tres poblaciones citadas, la del cerro Ahuatepec y la de Santa María Texcalac formaron parte del corredor teotihuacano. Los asentamientos teotihuacanos del corredor comercial que tiene por extremos los actuales puntos geográficos de Apizaco y Huamantla, se enfrascan en una pugna con la metrópoli buscando la autonomía y el control del intercambio interregional, lo que se traduce en la desestabilización de Teotihuacán, que por otras causas, también comienza a perder la hegemonía en la cuenca del valle de México. La Colonia. La región de Apizaco, al igual que otras de Tlaxcala, no escapó a la penetración española procedente de Puebla, que más tarde formaría enormes latifundios, violando la prohibición inicial que impedía el establecimiento de españoles en tierras de Tlaxcala. Una forma de hacerse de estancias, ranchos y haciendas, fue el método de las \"composiciones\", que representaba el reconocimiento de la posesión de tierra indígena por los españoles, mediante compras fraudulentas que legalizaba la autoridad real, con la finalidad de obtener recursos para sostener las contiendas bélicas en Europa. Los frailes, fundadores de pueblos, congregaban caseríos dispersos, anteponiendo a los nombres indígenas, el de los santos de su predilección. Así, la población de San Luis Apizaco (hoy Apizaquito), se fundó en 1543 por los españoles Luis García Nájera y Luis Becerra, quienes además de anteponer su nombre al de Apizaco, hicieron de San Luis, el Santo Patrono de la localidad. Entre los colonos españoles que se asentaron en Apizaco, destacó Francisco López Arroñez, quién estableció el obraje textil más importante de Tlaxcala. La factoría contaba con una hacienda de sustanciales dimensiones, donde pastaban las ovejas que producían la lana para la factoría. La producción de lana fue de tal magnitud que los sobrantes se vendían a otras factorías, siendo una fuente secundaria de ingresos. La bonanza de la empresa era tal, que los obreros indígenas que ahí laboraban bajo contrato, tenían vivienda proporcionada por la empresa y comida que provenía de la producción cerealera de la misma y del ganado mayor que también servía para este fin. La cocina estaba a cargo de empleados especializados para preparar carne, tortillas, etc., para los trabajadores, quienes además tenían como una prestación adicional, velas para iluminar sus viviendas durante la noche. El orden estaba a cargo de un mayordomo español, quien contaba con una cárcel para castigar a los delincuentes y a los obreros faltistas. La factoría auguraba un futuro promisorio para los pobladores de San Luis Apizaco, incluso durante la Colonia llegó a otorgársele la categoría de cabecera de partido. La prosperidad de San Luis Apizaco iba en aumento, pues religiosamente se le consideró un curato de la diócesis. Sin embargo, la formación del Mayorazgo de la familia Gorozpe cortó el desarrollo de la población, que quedó situada dentro del mismo, sin posibilidades de ampliar su fundo legal, convirtiendo a los vecinos en auténticos feudatarios de la familia citada. La población fue languideciendo, hasta que en 1871 apenas contaba con medio millar de habitantes, dedicados a las faenas del campo, el comercio y algunos oficios. Apizaco, como el ave fénix, volvería a renacer de sus cenizas. El viejo camino de Veracruz a México, que pasaba por Apizaco, era la ruta mediante la cual los comerciantes del altiplano intercambiaban sus productos con los del Golfo de México, e incluso con los de Centroamérica. Fue el camino que usaron los recaudadores de tributos tenochcas, cuando expandieron la dominación hacia otros horizontes más lejanos. Veracruz fue la puerta por donde entró Hernán Cortés con rumbo a Tenochtitlán. Por Veracruz llegaron los decretos del Consejo de Indias, por ahí mismo llegaban las mercancías europeas, previa autorización de la Casa de Contratación de Sevilla. De México, vía Veracruz, salían el oro, la plata y los cueros de animales, rumbo a España. A lo largo de ambos puntos camineros fueron surgiendo \"ventas\", posadas y mesones que atendían a viajeros, carretas de carga y recuas. La Reforma. El 1º de marzo de 1866, Guillermo Lloyd entrega su informe sobre el adelanto de las obras ferroviarias, indicando que no había ningún problema para tender los rieles de Apizaco a México. Agregaba que se podía avanzar 2 millas diarias, siempre y cuando les fueran entregados los durmientes con prontitud. Calculaba Guillermo Lloyd que a principios de junio podrían circular los trenes de Apizaco a México, y el ramal hacia Puebla, en agosto. Los técnicos del ferrocarril y los empresarios, decidieron construir el tramo Ciudad de México-Apizaco. Para ello establecieron un campamento en la región, al que simplemente le adjudicaron el nombre de la población más cercana: San Luis Apizaco. Ésta, más tarde, terminaría en diminutivo, y el campamento se apropiaría del nombre. Nunca pensaron los técnicos del riel que estaban fundando una de las más importantes ciudades de la República Mexicana. Por ello, no levantaron acta de la fundación, ni pidieron cédula real a ninguna autoridad. El historiador y cronista de Apizaco don Luis Nava, ha señalado que la primera fe de bautismo de un ciudadano apizaquence que existe en el archivo de la parroquia de Tetla, está fechada el 21 de diciembre de 1867. De ésta testimonial se deduce que el campamento de Apizaco debió establecerse, cuando menos el año anterior a esa fecha. Aunque la discusión sobre la fecha de la fundación no ha cesado, la mayoría de los apizaquenses consideran como fecha fundacional de Apizaco el 1 o de marzo de 1866, cuando el Ing. Guillermo Lloyd escribió su informe al Ministro de Fomento sobre los adelantos de la construcción del ferrocarril de México a Veracruz, donde menciona la división del camino de hierro en secciones. Los terrenos donde se estableció el campamento y posteriormente la estación de Apizaco, pertenecían en su mayoría a la hacienda de San Diego Apatlahuaya, del municipio de Santa Cruz Tlaxcala, de la que era propietario Don Antonio Barrón y parcialmente del rancho El Ateneo, del municipio de Tetla, propiedad de Don Manuel González Durán. Las primeras construcciones habitacionales aparecerían en 1866, donde hoy se encuentra la casa redonda del Ferrocarril Mexicano, perteneciendo a los señores Nicanor Carbajal, Bernardino Valdés, Fernando Rojano, Jesús Ramírez y el español Federico de la Gádara. Entre las primeras inauguraciones que se llevaron a cabo sobre los diferentes tramos, para Apizaco y Santa Ana Chiautempan, fue importante la ceremonia del 1 o de junio de 1869, cuando quedó inaugurado el tramo entre ambas poblaciones, mediante un viaje procedente de la estación de Buenavista de la ciudad de México a las 8 de la mañana, llegando a las 12 hrs., a Apizaco. Los señores Escandón y Barrón, de la empresa ferroviaria, y los abogados de la misma Pardo y Martínez de la Torre, invitaron a numerosas personalidades de la banca, el comercio y la industria y, desde luego, a hacendados preeminentes, así como a destacados miembros de la clase política. Las inauguraciones ferroviarias se seguirían una tras otra. El 16 de septiembre de 1869 el Presidente Benito Juárez inauguró la línea México-Apizaco-Puebla. Después de la muerte del Presidente Benito Juárez, el Presidente don Sebastián Lerdo de Tejada inauguró en el año de 1873, el ferrocarril México-Veracruz. Finalmente, la ruta de México-Apizaco-Chiautempan, Tlaxcala y Puebla, fue inaugurada el 9 de septiembre de 1867 a las diez de la mañana. Una abigarrada multitud se congregó en la estación de Buenavista para vitorear al Presidente Juárez, quien inauguraba la línea México-Puebla. Pero no sólo las comunicaciones ferrocarrileras que dieron origen a Apizaco, fueron impulsadas en las postrimerías de la Reforma. El visionario gobernador Miguel Lira y Ortega, combatiente contra la intervención francesa y defensor de la soberanía de Tlaxcala, imbuido de un espíritu progresista, solicitó autorización al Congreso del estado para que el Ejecutivo estatal erogara lo necesario para la reconstrucción de un camino más recto entre la capital Tlaxcala y la población de Apizaco. Si el sueño de Ignacio Manuel Altamirano, en el célebre brindis de Chiautempan, había sido vincular la ciudad de México con las playas de Veracruz, Miguel Lira y Ortega, con este proyecto, restablecía los nexos prehispánicos de Tlaxcala con las culturas y poblaciones del Golfo de México y con los del Altiplano Central. La estación de Apizaco fue considerada una sección política del municipio de Tetla. Su rápido crecimiento, como consecuencia del ferrocarril, la convirtió en un pujante centro comercial con recursos suficientes para que los vecinos se organizaran en la Sociedad Pro Municipio Barrón Escandón, llevando a cabo las gestiones pertinentes ante el gobernador y el Congreso local. Con fecha 9 de mayo de 1873, fue expedido el decreto No. 31 por el gobernador Melquiades Carbajal, estableciendo el municipio de Barrón-Escandón, con la estación de Apizaco, como cabecera. Se dieron instrucciones al Agente Municipal de la Sección de Apizaco, para proceder a organizar la elección del Ayuntamiento del nuevo municipio. En 1871, la estación de Apizaco contaba con una población de 500 vecinos, pero para 1905 el municipio de Barrón Escandón reportaba una población de 4 180 habitantes y su cabecera, Apizaco, 2 504. Este incremento poblacional fue consecuencia de la anexión de nuevas localidades, constituyendo la estación ferroviaria un atractivo para nuevos pobladores. El Porfiriato. La derrota que sufrieron las fuerzas lerdístas en la batalla de la hacienda de Tecoac, no modificaron el camino ascendente de Apizaco, pues nuevamente ocupó la gubernatura Miguel Lira y Ortega. Durante su administración Apizaco, aparte de constituir la cabecera del municipio de Barrón Escandón, lo fue también del Distrito de Cuauhtémoc. Por su parte, al hacerse cargo de la gubernatura del estado el coronel Próspero Cahuantzi, en 1894 informaba al Congreso del estado, que en el citado distrito se seguía con entusiasmo la construcción del puente sobre el río Ateneo y que se estaba abriendo el camino de Apizaco, y por concluirse la construcción del rastro municipal, la Plaza de Armas y varios pozos para el riego de los árboles que se habían plantado. La administración de Próspero Cahuantzi, también se preocupó por dotar a la pujante población de Apizaco de una infraestructura educativa más adecuada a los requerimientos de la creciente población infantil. El 28 de agosto de 1898, el presidente municipal Bernardino Vargas, colocó la primera piedra del edificio donde funcionarían las escuelas oficiales y las oficinas públicas de la localidad. Diez años más tarde, quedó terminado el edificio, mismo que fue inaugurado solemnemente por el gobernador en una fecha muy significativa para los porfiristas: el 2 de abril de 1907. La escuela se llamó en un principio Xicohténcatl, años más tarde cambió al de Lauro Aguirre. Asimismo, el proceso de urbanización de Apizaco se aceleró a fines del siglo pasado. El Ayuntamiento inauguraba su hermoso zócalo y jardín frente al Palacio Municipal el 16 de septiembre de 1894, al mismo tiempo que rendía culto a los fundadores de la Nación. La población crecía sostenidamente, por lo que fue necesario extender la traza urbana hacia los terrenos que donó el señor Miguel González, dueño del rancho Ateneo. Además, el puente del río de la hacienda del Ateneo y un cuartel fueron inaugurados por el gobernador Próspero Cahuantzi, el 24 de noviembre de 1895. Si el ferrocarril había sido el detonador de Apizaco, los vecinos no se quedaron con esa única fuente de trabajo. Hombres emprendedores de empresa como Juan Campos estableció su fábrica de fideos que, aparte de dar empleo a varios apizaquences, daba fama a la ciudad, enviando su producción a poblaciones lejanas; Juan Martínez estableció una fábrica de botellas de vidrio, que surtía a diferentes empresas del estado; la fábrica de estampados finos de percal \"Juan Manuel\", se estableció cerca de Apizaco, posteriormente se transformó en fábrica de hilados y tejidos finos. Los molinos de trigo subsistían a fin del siglo y eran propiedad de Simón Stefani y Pablo Escandón. Las viejas haciendas también continuaban produciendo como en sus primeros años, y entre los prominentes hacendados figuraban Francisco del Razo, Miguel González y Mucio Carbajal. Pero la modernidad también alcanzó a las damas de Apizaco, quienes se auxiliaron en las labores de la casa, mediante la adquisición de las primeras máquinas de coser en la agencia de Tomás de la Gándara, superando el cansado trabajo de coser a mano. La vida tranquila de este municipio iba a tener algunos sobresaltos, que no pasaron a mayores, durante la etapa armada de la revolución mexicana. Los nubarrones que se ceñían sobre la República Mexicana a finales del porfiriato, también hicieron acto de presencia en Apizaco, pues por ser cabecera del distrito de Cuauhtémoc, tuvo que recibir en la cárcel municipal y en el cuartel de rurales, al comandante del temido cuerpo policiaco, Agustín García, al que apodaban \"colgador\", con varios de sus subordinados, quienes estaban acusados de haber dado muerte al líder Andrés García, líder que había encabezado la protesta de varios pueblos contra la Ley de Hacienda puesta en vigor el 5 de mayo de 1897, y aprobada por el Congreso del estado a propuesta del entonces gobernador. Los rurales presos en la cárcel de Apizaco, involucrados en el crimen de Andrés García, salieron en poco tiempo, y su comandante Agustín García, aunque tardó un poco más en salir, fue liberado una vez que amainó el temporal. Siglo XX La Revolución Mexicana. No se ha encontrado suficiente información sobre los clubes antirreleccionistas en Apizaco. Seguramente los ferrocarrileros que viajaron hacía el norte o la ciudad de México, así como los jóvenes que participaron en el servicio militar, organizado por el general Bernardo Reyes, debieron manifestar algunas inquietudes como sucedió a lo largo de la República. Pero sí existe información y testimonios sobre acontecimientos de carácter nacional, en los que Apizaco fue escenario y que han sido descritos en la novela de la Revolución Mexicana. Por varios días todo el Ejército de Oriente convirtió a la ciudad de Apizaco en una fortaleza militar, hasta que en los trenes avanzaron hacía la ciudad de México, donde fue quebrado y disuelto el ejército federal al servicio de la dictadura porfirista y de la usurpación huertista, que se entregó y disolvió en la población de Teleoyucan, estado de México. El 8 de mayo de 1920 el convoy se detuvo en Apizaco. Ahí se incorporaron las mermadas fuerzas del general Pilar R. Sánchez, jefe de Operaciones Militares en el estado de Puebla, a quien seguía un regimiento de caballería al mando del general Ignacio Flores Palafox; también llegó con su pequeña escolta el general Margarito Puente, jefe de las Operaciones Militares en Tlaxcala. Los escasos contingentes que lo acompañaban, eran los que habían quedado después de la defección de la mayoría de sus fuerzas que se pasaron a las obregonistas, durante la rebelión en Agua Prieta. El comandante el jefe de tan escasos contingentes, dispuso que en Apizaco se organizaran las fuerzas leales al Presidente Carranza quien, acompañado de los generales Murguía, Lucio Blanco, Pilar Sánchez, Montes, Barragán, Marciano González, etc., pasó revista a tres mil hombres. El trote lento del jinete de albas barbas, teniendo como fondo el redoble de los tambores de guerra que tocaban la marcha dragona, y de una tropa que entusiasmada vitoreaba a su presidente, debieron de impresionar a los apizaquenses que fueron testigos de los acontecimientos. La población de Apizaco asistió a la revista de los contingentes militares leales al Presidente de la República, quien a caballo recorrió la larga formación, acompañándolo los generales Murguía, Lucio Blanco, Pilar Sánchez, Millán, Bruno Neira, Dávila Sánchez, Montes, Barragán, Marciano González, Muriel Mosel, Pérez, Olvera, De la Torre y Alcocer, en sus respectivas cabalgaduras. El trayecto de Apizaco a Tlaxcalantongo a caballo con su pequeña escolta, llevó al sacrificio innecesario e inútil del hombre que había combatido la usurpación huertista y que había dejado una Constitución a su país. Un monumento sencillo, como las personas de Apizaco, con el nombre de los contingentes leales al Presidente Venustiano Carranza, recuerda los acontecimientos y al varón de Cuatro Ciénegas. El 26 de julio de ese año se desprendieron 144 hectáreas de las haciendas que durante siglos impidieron el desarrollo de San Luis Apizaco, dotando a los campesinos de tierras ejidales Apizaco observó los acontecimientos nacionales con interés y sus pobladores sintieron que el país se orientaba, después de muchos avatares, hacia una etapa constructiva de cambios substanciales. Epoca Contemporánea. Los primeros apizaquenses en asistir a los cambios nacionales fueron los trabajadores del riel, quienes en los incipientes balbuceos para enfrentar la discriminación y la marginación a las que los habían sometido los administradores de las empresas extranjeras, formaron las asociaciones mutualistas con las que concurrieron a la nacionalización de los ferrocarriles a finales del porfiriato. El 13 de marzo quedó disuelta la asociación Mutualista Héroe de Nacozari de Apizaco, transformándose en la vigorosa Sección No. 3 del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (SNTFRM), en la magna Convención que se efectuó en la ciudad de México. El aspecto educativo fue y ha sido una constante preocupación de los pobladores de Apizaco, quienes desde los inicios del presente siglo observaron que los espacios educativos de las instituciones oficiales eran insuficientes para atender la demanda de los escolapios, en constante aumento. Surgieron como respuesta a esta necesidad, el Colegio Josefino de Niños y el Sagrado Corazón para niñas, que se ubicaron a los lados del templo parroquial, gracias a la promoción del párroco don Vicente Segura, quien por esa época recibió la visita del arzobispo de Puebla don Pedro Vera. La separación de la enseñanza elemental en primaria y jardín de niños se oficializó en 1927, con el establecimiento del Jardín de Niños Narciso Mendoza, pero que por esos avatares impredecibles cambió el nombre a Gabino Barreda. Apizaco, al igual que Huamantla y Puebla, recuerdan con afecto a la destacada profesora Leonor Herrerías, quien laboró y dirigió escuelas oficiales, dedicando con esmero sus esfuerzos en bien de la niñez. Las inquietudes de los apizaquenses por tener accesos a mayores niveles educativos, fue entendida por el progresista gremio ferrocarrilero, el que se preocupó por fundar la primera secundaria en Apizaco. La escuela secundaria \"Jesús García\" abrió sus puertas el 10 de abril de 1938, gracias a las gestiones de los dirigentes ferroviarios Juan Remedios Rodríguez, del entonces senador Felix C. Rodríguez y de Luis Gómez Z., ante el Lic. Gonzalo Vázquez Vela, Secretario de Educación. Otro de los aspectos de la vida social que preocupó a los apizaquenses fue la salud. En 1940 se funda la Sociedad Médico Mutualista por los doctores Braulio Hernández, Jorge R., José Serrano y Rubén Ramírez Flores, que tendía a otorgar servicios más especializados. Al concluir la década de los años 30, la medicina social, adquirió nuevo rango durante los regímenes revolucionarios, que se dieron a la tarea de modernizar los viejos nosocomios. El Hospital Civil de Apizaco en 1942 fue dotado del instrumental necesario para su sala de cirugía que ya era muy indispensable; los pabellones de enfermos y de maternidad fueron dotados igualmente de camas nuevas y de la ropa necesaria para una higiene y atención a pacientes. En buena medida, esto se logró gracias a la gestión del presidente municipal Domingo Bonilla. La medicina social impulsada por la Revolución Mexicana se coronó el 1º de mayo de 1945, con el establecimiento del Instituto Mexicano del Seguro Social en de instalaciones médico-asistenciales en las calles de Francisco I. Madero No. 601 de Apizaco. Pero si los servicios educativos y sanitarios mostraron adelantos, lo mismo ocurrió con los servicios de comunicación, entre ellos el telefónico que empezó a funcionar entre las haciendas y la ciudad por necesidades obvias de mantener una mejor comunicación. Sin embargo su alto costo impedía su extensión y desarrollo, por lo cual don Manuel Llovera Cazado, quien tenía la concesión, traspasó sus aparatos y suscriptores a la Empresa Ericson, a efecto de que ésta pudiera dar el servicio local y de larga distancia a partir del 23 de agosto de 1930. Otro importante medio de comunicación fue el servicio aéreo. En 1934 se inauguró el campo de aviación en los que ahora son las calles del 2 de abril a Ignacio Zaragoza, hasta los límites con el panteón. Desafortunadamente la aviación no fue el fuerte los apizaquenses y la incursión en este aspecto terminó cuando el Ing. Moizan, al probar una nueva hélice en su avión \"El calcetín eterno\", después de elevarse por unos monumentos, se desplomó en el campo aéreo, falleciendo su tripulante. Los presidentes municipales Baltazar Maldonado y Antonio de la Loza durante el periodo 1933-1936, dedicaron esfuerzos substanciales hasta lograr la introducción y el establecimiento de una red de agua potable para la ciudad de Apizaco, misma que en octubre de 1935 inauguró el Presidente Lázaro Cárdenas y el gobernador, Gral. Adolfo Bonilla. El esparcimiento y las actividades culturales pronto hicieron su aparición en Apizaco, entre ellas, el séptimo arte, con los cines Hidalgo ubicado en la esquina que forman las calles de Cuauhtémoc y 5 de mayo; El Olimpia propiedad, de Manuel Portillo, cuya construcción de madera se ubicó en la avenida 5 de mayo, número 204; El Reforma, del que únicamente quedan ruinas, propiedad de Efrén Suárez, ubicado en la avenida Xicohténcatl No. 212; El Victoria del empresario Jesús O. Caridas, en la avenida de 16 de Septiembre No 203 y, finalmente, el de la sección del SNTFRM. La música siempre se cultivó en Apizaco casi desde su fundación. En 1930 destacaba y hacía el deleite de los melómanos el quinteto Suárez, bajo la dirección de Efrén Suárez; la orquesta \"Los Amigos de la Noche\", de los hermanos Ríos que en 1937 amenizaban los eventos sociales de Apizaco. Apizaco, a lo largo de su historia, mostró un camino ascendente que la ha llevado a ser considerada una de las ciudades de mayor desarrollo urbano en el país. Por ello, en los años sesenta se festejó el centenario de la ciudad, abriendo una discusión, que aún no concluye, sobre la fecha de su fundación. En 1960 el H. Ayuntamiento interesado en festejar el centenario de la fundación de Apizaco, en junta de Cabildo acordó como fecha de la fundación de la ciudad el 1º de enero de 1866, pero según el ingeniero en jefe de construcción del ferrocarril, el campamento había sido instalado el 1º de marzo de 1866. Ninguna de las fechas fue del agrado del presidente municipal de Apizaco para el período 1962-1964, quien opinaba que debería tomarse como fecha de la fundación el año de 1871, cuando la localidad se elevó a la categoría de Sección Política. Como la discusión entre los apizaquenses no cejaba, el gobernador Anselmo Cervantes convocó a una reunión para que se nombrara una comisión que se encargara de dilucidar la fecha de la fundación. A la reunión asistió también el ingeniero Ezequiel M. Gracia, presidente de la Sociedad de Geografía, Estadística, Historia y Literatura del Estado. En esa reunión se acordó que se formara en Apizaco una sección de dicha sociedad, la cual se encargaría de resolver la discusión de la fecha de la fundación de la ciudad. Sin embargo, el entonces ayuntamiento de Barrón de Escandón (hoy Ayuntamiento de Apizaco), volvió a turnar el expediente a la Sociedad de Geografía, Historia, y Estadística y Literatura del Estado, que presidía don Crisanto Cuéllar Abaroa, quien dijo que: \"no existiendo documentos certificados que hagan prueba plena de cuanto le exponen los solicitantes, se debe tomar como fecha de fundación de la localidad de Apizaco el 20 de diciembre de 1871, cuando se le concedió la categoría de Sección Política\" y que el centenario de la ciudad de Apizaco debería considerarse cuando la localidad fue elevada a ciudad el 6 de julio de 1921, conforme al decreto No. 49 del Congreso del estado. Como el dictamen de don Crisanto Cuéllar Abaroa no dejó satisfechos a tiros y troyanos, el asunto fue turnado nuevamente al Congreso, quienes elaboraron y aprobaron el 29 de diciembre de 1965 un decreto, mismo que publicó el gobernador Anselmo Cervantes Hernández, el 7 de enero de 1966, por el cual se fijó la fecha de la fundación de Apizaco el 1º de marzo de 1866. La discusión anterior muestra de manera fehaciente, que la actual ciudad de Apizaco debe su origen al Ferrocarril Mexicano y que las vicisitudes por las cuales pasó el trazo, construcción y operación del mismo, propiciaron la fundación de la estación de Apizaco y en buena medida su desarrollo posterior. estación de ferrocarril Toponimia, TlaxcalaApizaco proviene de la lengua náhuatl y significa \"lugar de agua delgada\" o \"riachuelo\". Se integra con la raíz de la palabra atl, que quiere decir \"agua\"; así como con la palabra Ptzacalli, que significa delgado o delgada, y la final locativa co.Personajes Ilustres, TlaxcalaBaltazar GonzálezNació en Apizaco, pueblo del obispado de Puebla, el 13 de junio de 1604. En 1624 fue admitido como novicio en la Compañía de Jesús. En 1626 hizo votos de bien y repaso de letras de Tepotzotlán. En 1627 prosiguió sus estudios en el Colegio de San Pedro y San Pablo y mereció el honor de ser profesor de la Compañía. Fue rector del Seminario y Colegio de San Gregorio en 1634. Era un diestro escultor. Compuso un catecismo en mexicano, en el que explica todo lo que un cristiano está obligado a saber y creer para salvarse. Publicó además en náhuatl \"La historia de la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe\". Por encomienda del arzobispo de México, don Diego Osorio Escobar y Llamas, escribió en 1664 un informe sobre los daños del pulque. Murió en la ciudad de México el 26 de mayo de 1679. Luis Nava Rodríguez Nació en la ciudad de Apizaco el 20 de agosto de 1926. Fueron sus padres el maquinista del Ferrocarril Mexicano don Luis Nava Hernández y doña Margarita Rodríguez Avila. Realizó sus estudios primarios en las escuelas Nicolás Bravo y Lauro Aguirre, de su ciudad natal. Más tarde ingresó al seminario Palafoxiano de Puebla. A la vez que ejercía el sacerdocio, colaboró para varias revistas y periódicos, entre ellos Jueves de Excélsior, el Sol de Tlaxcala y la revista Bohemia Poblana, donde publicó sus primeros ensayos históricos. Fue miembro de la Sociedad de Geografía, Historia, y Literatura de Tlaxcala; Presidente del Círculo Histórico y Literario Miguel N. Lira, de Apizaco; catedrático de Historia en el Seminario de Tlaxcala; conferencista en varias instituciones nacionales y extranjeras; participó en charlas radiofónicas para un vasto auditorio en la XEHT de Huamantla y en la XHXZ, F.M. de Apizaco. De 1981 a 1987 realizó varios viajes a países de Europa, Medio Oriente y Extremo Oriente. Fue cronista oficial de Apizaco por acuerdo del Cabildo de esa ciudad, su reconocimiento a su vocación histórica y amor por su ciudad natal. El padre Luis Nava Rodríguez es un ejemplo del trabajador intelectual con un profundo cariño por el pasado de Tlaxcala. Se dice de él, que tuvo como misión apostólica recoger y organizar a lo largo de su vida las notas y apuntes para la historia de Tlaxcala. Carolina Lima Vázquez Nació en Apizaco en 1891. Sus padres fueron Nicolás Lima y Vicenta Vázquez. Miembro del Ejército Constitucionalista, en su época proporcionaba información a los jefes revolucionarios Máximo Rojas y Pedro M. Morales. En mayo de 1914, sus indicaciones permitieron a estos generales atacar la plaza de Tzompantepec. Junto con otras compañeras, al mes siguiente avisó a las fuerzas constitucionalistas destacadas en la hacienda la Aztequilla, sobre los movimientos federales en Apizaco y Tlaxco; información que permitió el ataque del día 29 de junio. Al triunfó del constitucionalismo desempeñó varias comisiones en oficinas de gobierno; fue telefonista y escribiente en la presidencia municipal de Apizaco. Alejandro Guillot Shiaffino Nació en Apizaco el 11 de enero de 1913. Su madre fue Doña Rebeca Shiaffino y su padre Fernando Guillot. Trabajó como mecánico en el Ferrocarril Mexicano y fue responsable de la planta de recuperación de durmientes de acero. Se recibió de ingeniero mecánico electricista en 1937, en la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), en la ciudad de México. De 1937 a 1948 fue catedrático de IPN y en 1944 jefe del departamento de talleres de la Dirección General de Segunda Enseñanza de la SEP. De 1948 al 16 de junio de 1950, se desempeñó como director general de IPN. De 1950 a 1957 fue Jefe de la Comisión de Estudios de los Institutos Tecnológicos Regionales de la República Mexicana. En 1959 fue director general de Enseñanza Tecnológica Industrial y Comercial y presidente del Consejo de Directores de Institutos Regionales. En 1964 fungió como asesor de Jaime Torres Bodet, promovió la construcción del Centro de Estudios Comerciales, de Administración y Técnico Industriales (CECATI) de Apizaco. Alejandro Guillot Shiaffino murió el 21 de marzo de 1966 en México; una calle de Apizaco lleva su nombre. Emilio Sánchez Piedras Nació en la ciudad de Apizaco, en el año de 1927. Fueron sus padres don Emilio Sánchez y doña Elena Piedras. En su adolescencia se trasladó a la ciudad de México para estudiar en la escuela Nacional de Jurisprudencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, obteniendo el grado de abogado en 1941. De 1941 a 1944, fue agente del ministerio público de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal y Territorios Federales. En 1944 fue llamado a colaborar como abogado consultor del Departamento de Asuntos Indígenas, a cargo de su paisano Isidro Candia. Su excelente desempeño motivó que los gobernadores de Tlaxcala Mauro Angulo y Rafael Avila Bretón, lo llamarán a colaborar como su secretario particular. Fue diputado local, director de obras públicas y vocal ejecutivo de la Comisión de Desarrollo Industrial de Tlaxcala. En 1952 es electo diputado federal, asignándole la Legislatura la Secretaría de la Comisión de Estudios Legislativos, así como también la representación del gobierno de Tlaxcala en el D.F. En 1958 los tlaxcaltecas lo llevan nuevamente a la Cámara de Diputados, donde es electo Presidente de la Gran Comisión y jefe de la primera Delegación de Diputados Federales a la Conferencia Interparlamentaria entre Estados Unidos y México. En 1964 es nombrado jefe del departamento jurídico de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Sin embargo, Emilio Sánchez Piedras padeció en su carrera política por espacio de 15 años, a raíz de pronunciar en la Cámara de Diputados un discurso en favor de la Revolución Cubana. Ese discurso provocó una serie de presiones foráneas y locales, que el Ejecutivo Federal fue incapaz de resistir. Para los años setentas los problemas económicos y sociales de Tlaxcala se habían agudizado, requiriendo que los destinos del estado fueran redimensionados por un líder de la misma magnitud que la propia crisis estructural de la entidad. Ese hombre fue Emilio Sánchez Piedras, quien fue inscrito por las organizaciones campesinas, obreras, populares y estudiantes de Tlaxcala, ante el Comité Directivo Estatal del PRI, como su precandidato al gobierno del Estado de Tlaxcala. Emilio Sánchez Piedras, procedía de familias de hacendados, tuvo la sensibilidad política para cambiar, transformar y comprender que la solución a la crisis económica de Tlaxcala no se encontraba en el campo. El tiempo de las haciendas no tenía porvenir ni tampoco el minifundio, con el reparto agrario era incapaz de combatir la pobreza del campo. El despegue industrial de Tlaxcala se le debe a Emilio Sánchez Piedras. Murió en la ciudad de México el 13 de junio de 1981. Manuel García Méndez Importante jefe agrarista del estado. En 1918 seguía al frente de sus hombres, después de varios años de lucha. A pesar de su independencia, el zapatismo buscó su apoyo. Marcial Aguilar González.- Originario de Acatzingo, Puebla y nacido el 3 de Julio de 1893, estudió en el Seminario Palafoxiano de Puebla. Recibió su orden sacerdotal el 20 de diciembre de 1919. Llegó a la ciudad de Apizaco el 12 de mayo de 1932 designado a la parroquia de la actual ciudad. Su obra principal fue la construcción de la Basílica en honor de la Madre Santísima de la Misericordia. En lo espiritual promovió la devoción al corazón sagradísimo de Jesús y a la Virgen Santísima y trabajó por una instrucción religiosa en la educación de la niñez y juventud. Más tarde fue honrado con el título de Prelado Doméstico de su Santidad y Canónigo Honorario de la Basílica de Ocotlán. También le dedicó tiempo a la actividad literaria, publicó un boletín parroquial y editó un álbum del congreso eucarístico en febrero de 1937. Además la editorial Buena Prensa de México, D.F., le publicó su opúsculo \"La Gran Promesa\" en 1947, que consta de 24 páginas; \"La Misa en su Aspecto Doctrinal\" en 1960; \"Pensamientos y Numerosos Ejemplos sobre la Gran Promesa del Corazón de Jesús\". Roberto Pérez Vázquez Nació el 3 de junio de 1929 en la ciudad de Apizaco, en 1947 llega a la ciudad de México, donde conoció a José F. Vázquez, director de la orquesta filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México, y ello le permitió introducirse al ámbito musical. Es arreglista, compositor, y director de la orquesta \"Los Violines Mágicos de Villa Fontana\". Ha grabado discos con la RCA Víctor. En 1970 el gobernador tlaxcalteca Luciano Huerta, le entregó la medalla al mérito civil. Antonio Hidalgo Nació en el año de 1876 en la ahora ciudad de Apizaco, Tlaxcala. En 1909 presidió la agrupación obrera \"Unión y Trabajo de Tlaxcala\", ello le permitió brindar apoyo al movimiento obrero de Río Blanco. Fue de ideas maderistas, y se levantó en armas en apoyo al Plan de San Luis. Cuando triunfan los revolucionarios, es elegido gobernador del estado de Tlaxcala. Más tarde se reveló contra el usurpador Huerta, electo diputado al Congreso Constituyente de 1916-1917. Años después se convierte en presidente del Partido Liberal Constitucionalista en Tlaxcala. Muere en el año de 1972. Cronología de hechos históricos, Tlaxcala1866Fundación de la ciudad de Apizaco. 1973 Inauguración del ferrocarril México-Veracruz. 1920 Carranza pasa revista a su contingente militar en Apizaco. 1930 Se coloca la primera piedra de la basílica de la Misericordia. 1933 Establecimiento del Acta Constitutiva del sindicato de trabajadores ferrocarrileros y la construcción del Expalacio Municipal. 1946 La sección 3 (Apizaco), del sindicato de trabajadores ferrocarrileros interviene en el movimiento de la fraternidad de trenistas y calderas. 1958 Los ferrocarrileros de Apizaco forman parte del plan sureste de Demetrio Vallejo. Medio físico, TlaxcalaUbicado en el Altiplano central mexicano a 2 380 metros sobre el nivel del mar, el municipio de Apizaco se sitúa en un eje de coordenadas geográficas entre los 19 grados 25 minutos latitud norte y 98 grados 08 minutos longitud oeste.Localizado al centro del estado, el municipio de Apizaco colinda al norte con el municipio de Tetla de la Solidaridad, al sur colinda con el municipio de Santa Cruz Tlaxcala, al oriente se establecen linderos con el municipio de Xaloztoc y al poniente colinda con el municipio de Yauhquemecan. Ecosistemas, TlaxcalaFloraEste municipio presenta en las riveras de los ríos Atenco, Zahuapan y Texcalac, vegetación arbórea predominantemente de galería, dominando el aile (Alnus acuminata), asociado con otras especies como el sauce (Salix bonplandiana), el sauce llorón (Salix babilonica), el fresno (Fraxinus uhdei), el álamo blanco (Populus alba) y el tepozán (Buddleia cordata). En las partes llanas del municipio, la vegetación presente es bosque de junípero, aunque muy perturbado por las actividades agropecuarias y el propio crecimiento urbano, la especie dominante es el sabino (Juniperus deppeana). Los espacios dejados por el sabino, a menudo son ocupados por hierbas y arbustos, por ejemplo el pirul (Schinus molle), la uña de gato (Mimosa biuncifera), el chicalote blanco (Argemone platyceras), el maguey pulquero (Agave salmiana), la gobernadora (Brickelia veronicifolia), el capulín (Prunus capuli) y varias especies de nopal (Opuntia spp). En la flora urbana y suburbana abundan las especies introducidas como el trueno, el ciprés, la casuarina y el eucalipto. Fauna No obstante el crecimiento y expansión acelerada de la mancha urbana, en el territorio del municipio, todavía es común encontrar algún tipo de fauna silvestre como por ejemplo: liebre (Lepus californicus), conejo (Silvilagus floridanus), tlacuache (Didelphis marsupialis), víbora de cascabel (Crotalus sp.), codorniz (Cyrtonix montezumae), y pájaro centzontle. Atractivos culturales y turísticos, TlaxcalaBasílica de Nuestra Señora de la Misericordia.- Esta basílica data del siglo XVII, es una iglesia de dimensiones modestas y de una sencillez extrema, que fue demolida en los años treinta del presente siglo para dar paso al proyecto del párroco Adolfo Sebastián, que después continuaría don Marcial Aguila González. Los planos arquitectónicos del nuevo edificio estuvieron a cargo del Ing. Miguel Pardo, encargado de tender la línea del ferrocarril, quien al morir dejó la obra a su hijo, el Ing. José Pardo y Llop. Finalmente la concluyó en diciembre de 1961 el Ing. Rodolfo Zenteno.basílica de nuestra señora de la misericordia. Esta construcción es de tres naves de piedra labrada al estilo de las catedrales góticas del siglo XII, inspirada en el templo de la Sagrada Familia construida en Barcelona, España por Gaudi. La Nave central tiene una longitud de 43.20 metros por 10.70 de ancho y 19 de alto. Las colaterales miden50.85 metros de longitud, 5.50 de ancho y 10.50 metros de altura, cada una. Cuenta con un vestíbulo de 21.00 por 4.33 metros con bastos puertos y enrejado. La altura de la cúpula, del piso a la linternilla, mide 35.5 metros. Las dos torres son de 50 metros de altura cada una. El baldaquino tiene 12.50 metros de alto. Sus columnas son de mármol de Tepeaca. El altar mayor es de mármol de Carrara. interior de la basílica de la misericordia \"Las pilastras y arquerías interiores, así como todo el exterior del templo es de piedra labrada, con motivos ornamentales del mismo material. Tiene amplios ventanales que lo inundan de luz, su piso de baldosas pulidas de Santo Tomás. Su arquitectura es admiración de propios y extraños, que saben apreciar su magnificencia\". Fue erigida en Basílica Menor por el entonces delegado Apostólico de la Santa Sede, Luigi Raymondi, mediante decreto que emitió el Papa Paulo VI en Roma el 5 diciembre de 1963, y ejecutado el 12 de mayo de 1964. Capilla de El Calvario.- El padre Luis Nava relata que la capilla se localiza en San Luis Apizaquito, es una construcción en piedra labrada del siglo XVI. En la nave central se encuentra un altar de estilo barroco donde destacan las columnas salomónicas que enmarcan la bella imagen del Señor del Calvario. Se encuentran siete pinturas en el retablo donadas por diferentes devotos. \"El templo tiene tres arcos y crucero con tres bóvedas, cúpula de tambor con ocho ventanas. Otro retablo en la parte baja del coro, estilo churrigueresco, dedicado al Cristo con el Cirineo, muy impresionante óleo de la escuela hispanomexicana. En la parte superior, un medallón representa a nuestra Señora del Pilar contemplada por los españoles y moros\". Se encuentra en malas condiciones. Al aplanarse el exterior, se perdió la mitad de la piedra labrada. Templo de Santa Anita.- Ubicado en el pueblo de Santa Anita Huiloac, es una construcción del siglo XVIII en piedra y adobe con aplanado blanco y cubierta en forma de cañón corrido. Monasterio e Iglesia de Santa María Texcalac.- No se ha podido determinar la fecha de su construcción, pues no se menciona en los documentos del siglo XVI; sin embargo, se estima que la construcción con muros de piedra y fachada principal aparente, data de aquellos años. El inmueble se encuentra en ruinas. La fachada y portada presentan la ventana ajimezada del coro, encuadrada en un elegante alfiz. Existen restos de una torre lateral izquierda. En el conjunto, destaca la iglesia de proporciones medianas y techo de viguería; el acceso consta de dos columnas rematadas con un arco de medio punto en piedra labrada. Del antiguo claustro queda el terreno y algunos muros, donde se pueden ver los arranques de los arcos. ex-convento de santa maría texcalac en apizaco Ex-secundaria.- Construcción que data de los siglos XIX y XX. Actualmente adaptada como habitación, albergó la primera secundaria de Apizaco. En el arco de la fachada cuenta con una inscripción de 1932; cuenta asimismo con una placa que señala: 1938-1983 aquí nació la secundaria Héroe de Nacozari abril 27, 1983, fundada el 27 de abril de 1938. Fábrica de Hilados, Tejidos y Estampados San Luis.- Construcción en tabique y adobe con aplanado blanco y cubierta plana catalana. Está ubicada en la población de San Luis Apizaquito, suspendió sus labores temporalmente en 1947 y se clausuró definitivamente en 1959. Originalmente era un molino de trigo, perteneciente al francés Simón Steffani. El señor Solana lo convirtió en fábrica de hilados y tejidos, iniciando con 10 telares hasta completar 400. En la parte alta del chacuaco contiene la siguiente inscripción: \"1941 San Luis\". Hacienda de Actipan.- Construcción en piedra y adobe con aplanado blanco. Data del siglo XIX y está completamente en ruinas. Se localiza sobre la carretera Apizaco-San Francisco-Atexcatzingo. Estación de ferrocarril.- Conjunto ferroviario con arquitectura del siglo XIX, formado por la estación; servicios especiales; oficina de trenes; bodega y casa redonda. Construida en los años veinte, consta de fachada y una estructura circular con vías de escape; tanques de almacenamiento, talleres y patio de maniobras. La Crujía esta dividida en 3 secciones, de las cuales las dos extremas son originales y la central es posterior. La cubierta del edificio de la estación Apizaco se incendió, pero fue reconstruida. Máquina de vapor No. 212.- El 5 de mayo de 1964, se despidió a la fuerza tractiva de vapor, representado por la máquina No. 212, cambiando a máquinas eléctricas diesel para el movimiento de trenes. La locomotora fue trasladada a la rotonda de la Avenida 16 de septiembre. Este monumento pone de manifiesto el origen y sentido de la ciudad ferrocarrilera de Apizaco. monumento al vapor, máquina de 212, símbolo de los ferrocarrileros Monumento al Héroe de Nacozari.- El sindicato ferrocarrilero se preocupó por perpetuar la memoria de Jesús Corona, conocido como el Héroe de Nacozari, el cual sacrificó la vida para salvar la de muchos habitantes del mineral que se conoce como Nacozari. El 7 Monumento a la locomotora de vapor. Rotonda en la avenida 16 de septiembre, Apizaco. de noviembre de 1957, se colocó el monumento alusivo en el centro de la bocacalle de la Avenida Cuauhtémoc y la calle Independencia; como dificultaba el tránsito, posteriormente se estableció el monumento a la Avenida Cuauhtémoc. Templo de San Luis Rey de Francia.- Ubicado en San Luis Apizaquito. El templo actual se construyó en el siglo XVIII sobre uno anterior, del siglo XVI, y se ha modificado en distintas épocas. El retablo principal es de estilo barroco-salomónico. En los transeptos del crucero aparece un retablo de gusto popular con cuadros de San Francisco de Asís y San Antonio y un altar dedicado a la Virgen de Guadalupe. A la derecha de la nave se añadió una capilla dedicada al Señor del Calvario, en donde se localiza una talla en madera que representa a Cristo en la Cruz, junto a la que se encuentran esculturas de la virgen María y de San Juan Evangelista. Poblaciones del Municipio de
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Tlaxcala |
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