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, VeracruzReseña Histórica, VeracruzEl municipio formó parte del Cacicazgo Totonaca de Cempoala. A partir de 1327, la región comienza a ser poblada por teochichimecas provenientes de Cholula y Tlaxcala.En esos tiempos los habitantes del municipio eran de baja estatura, cráneos anchos y deformados, pelo lacio, nariz aguileña, boca grande; solían tatuarse o escarificarse el cuerpo, pintarse el rostro, aserrar o ennegrecerse los dientes, practicar la circuncisión y la perforación de la nariz o las orejas; se alimentaban con tortilla, fríjol, chile, tamales, atole, tubérculos, chocolate, pozole, carnes y frutas. En 1537, el virrey de la Nueva España, Antonio de Mendoza, funda el ingenio de Oztoticpa (hoy Nogales) y se apodera de las tierras del Valle de Orizaba despojando a los indígenas de: Maltrata, Acultzingo, Zongolica, Chocamán, Coscomatepec, Huatusco e Ixhuatlán, para convertir esa zona en próspero centro de cultivo de caña de azúcar que alimentaría al ingenio. La inclemente explotación de la que fueron sujetas, más las epidemias de viruela de 1542 y 1545, que diezmaron la población, obligaron a los sobrevivientes a huir a las montañas, como sucedió con los indígenas de Ixhuatlán. Con la promesa de buen trato, los españoles lograron el regreso de algunos indígenas al tiempo que las tierras de Ixhuatlán eran otorgadas en encomienda, vía merced real, al español Gregorio de Villalobos. De éste pasó, por herencia, a su hijo Baltasar de Padilla en 1550, luego fueron asignadas a Luis de Velasco en 1565, primo hermano del virrey Antonio de Mendoza el que, cuatro años después, sería propietario del ingenio de Oztoticpa; él recibe 150 tributarios del pueblo de Ixhuatlán. Para 1617, las tierras y tributarios de Ixhuatlán quedaron dentro del Marquesado de Salinas y sus tierras fueron usadas para ganado menor y cultivos como el maíz, chile, caña de azúcar, tabaco y otros productos. Paralelo al proceso de conformación de la encomienda los españoles organizaron a los indígenas en las llamadas “Repúblicas de Indios”. Forma ésta de gobierno de los pueblos sometidos, para facilitar la explotación de su mano de obra y mantenerla en su ámbito territorial. En la administración interna se respetaba la jerarquía indígena, pero ésta adquiría las formas jurídicas que la sujetaban a la autoridad real. Asimismo se les asignaba un santo patrono como símbolo de cristiandad. Así, Ixhuatlán fue convertida en República de Indios con un santo patrono elegido del calendario franciscano: el apóstol San Pedro. Los testimonios explícitos de su manufactura indígena quedaron plasmados en el estilo tequitqui de su portada, compuesta de dos pilastras coronadas con ornamentación barroca al estilo indígena (churrigueresco), atlantes con marcados rasgos indígenas que rodean a dos personajes franciscanos: uno con los atributos de una calavera, un libro y un crucifijo, el otro acompañado de un niño y una palma. En su campanario se ostentaban adornos floridos con formas de trébol y palma, donde su campana llamaba al culto de la imagen del santo patrono, el apóstol San Pedro; que el cura clérigo y dos vicarios, administraban a las doscientas diez familias de indios que conformaban la República de Indios de Ixhuatlán. Córdoba, Orizaba, Jalapa, Huatusco y Coscomatepec, pueblos cercanos a Ixhuatlán, además de ser lugares de paso en las rutas comerciales, también lo eran como centros agrícolas de producción y por ello quedaron inmersas en la lucha independentista de la Nueva España. Aunado al ambiente de guerra apareció la peste en 1813, en la parroquia de San Pedro Ixhuatlán se recibieron los cuerpos de los fallecidos por la epidemia. El pueblo de Ixhuatlán, uno de los 24 que correspondían al cantón de Córdoba, tenía en su haber cuatro ranchos productivos de tabaco. Éstos vieron mermar su población debido a la epidemia de viruela que provocó la muerte de 101 personas, en el año de 1830 fueron 114 los decesos registrados, de acuerdo tanto a las actas de defunción de la parroquia de San Pedro Ixhuatlán como al censo efectuado por el gobierno de Veracruz. Las epidemias parecían no tener fin, en 1833 aparece el cólera, que se había difundido en varias partes del país. Tan sólo en Ixhuatlán se registraron del 8 de octubre al 30 de diciembre: 57 muertes de adultos y nueve de niños. Una carencia agravaba más la situación de Ixhuatlán: no había médico, ni hospital, ni botica. Sólo los remedios elaborados por los habitantes trataban de paliar los estragos de la enfermedad, incluso en la actualidad se usa té de raíz de amté con hojas de granada tehuacanera y de guayabo para curar las fiebres. En enero de 1850, quedó encargado el curato de Ixhuatlán al clérigo José Antonio Sastrés, quien siete meses después enfrentó una nueva epidemia de cólera que, en tres meses, cobró la vida de 102 personas, en su mayoría originaria de Ixhuatlán. Apenas repuesta la población de esta epidemia, en 1857, apareció de nueva cuenta, la epidemia del cólera que arrebato brazos útiles particularmente a la agricultura. Fue en ese mismo año en que se promulgó la Constitución Federal, así como la estatal que estipulaba la división del estado en 18 Cantones, uno de ellos Córdoba, al que perteneció Ixhuatlán, añadiéndole el nombre “del café”, para diferenciarlo de Ixhuatlán del Sureste y del Ixhuatlán de San Cristóbal (hoy de Madero). Junto a las epidemias que “causaban estragos” entre la población se aunó, de nueva cuenta, otra intervención extranjera a nuestro país: la francesa. Para repelerla se reorganizaron las guerrillas y como antes, se volvieron a apostar en los caminos comerciales. Se organizaron grupos armados como el del coronel Honorato Domínguez, junto con hombres de Coscomatepec, Huatusco y otros lugares cercanos, sorprendían con sus ataques repentinos a los intervencionistas para luego huir a las serranías, como la de Matlaquiahuitl. En 1864, la viruela regresó. Fue el año del terremoto que derrumbó la parroquia de San Pedro Ixhuatlán, dejando sólo el presbiterio con su bóveda a salvo. Los pobladores de Ixhuatlán, con impulso vital y capacidad de resistencia lograron, una y otra vez, sortear las dificultades de su precaria vida personal y colectiva, marcada por sucesivas epidemias y, en aras de no perder identidad, se dieron a la tarea de reconstruir la iglesia de San Pedro mediante la colecta de limosnas y realizando “fajinas”. El interés mostrado por la comunidad para restaurar uno de sus símbolos llamó la atención del recién nombrado obispo de la nueva diócesis de Veracruz, Francisco Suárez Peredo, quién permitió que se vendiera la plata del templo para financiar los gastos. Con tal pretexto, se vendieron o rentaron las tierras que habían pertenecido a las cofradías, como la de la Virgen de la Soledad de Ishuatequilla; también se recurrió a donativos, herencias y a la venta de cosechas, posiblemente de tierras comunales, para pagar los salarios de albañiles, carpinteros, herreros y solventar los gastos que implicaba el empedrado de la fachada y la calle del cementerio, las nuevas paredes, la bóveda del templo que sustituía al techo de teja y la restitución de las pilastras. Luego vinieron las donaciones de imágenes y sus vestuarios, ornamentos y candelabros de latón. Terminadas las obras en la iglesia, ésta tomó el rango de parroquia de San Pedro Ixhuatlán. Con respecto a la ley de restitución de tierras y aguas a los indígenas, que era letra muerta para los de Ixhuatlán, como lo había sido la ley de 1826 que, en sentido contrario, pretendía dividir los terrenos de la comunidad indígena mediante la desamortización, para luego establecer la propiedad privada. Sin embargo, en la práctica los ranchos, fincas y la hacienda de Ixhuatlán continuaban expandiendo sus propiedades a costa de las tierras de los indígenas. Éstos, por otra parte, engrosaban las filas de los jornaleros que requería el desarrollo salvaje de un sistema capitalista en el agro. En el Año de 1871, el juez de paz de Ixhuatlán, Modesto Merino, contabilizó a la población de Ixhuatlán con los siguientes resultados: Congregación Hombres Mujeres Ocotitlán 139 107 Tlamatoca 145 108 Presidio 84 81 Guzmantla 55 46 Ixcapantla 44 32 Tenango 41 37 Cabecera Municipal: Ixhuatlán 477 623 Sub total 955 1,028 Gran Total 1,983 La mayoría, 941, eran de oficio jornaleros, tres eran arrieros, 10 carpinteros y uno comerciante, de todos ellos sólo 68 sabían escribir. En el último decenio el siglo XIX, el café habría de cambiar, de nueva cuenta, la economía y sociedad de la tierra llena de vertientes de la región de Córdoba y de Ixhuatlán, donde el café se convirtió en el segundo producto con valor de exportación, después de la plata. Las posibilidades económicas del café hicieron que los hacendados abandonaran paulatinamente la producción de tabaco. Para redondear la “modernidad” en el sector agrario, se decretó otra ley, en 1889, que otorgaba un plazo de dos años para desamortizar los terrenos comunales y convertirlos en parcelas con carácter de propiedad privada. Por su parte, el cabildo de Ixhuatlán aprovechó la coyuntura emprendiendo litigio contra el municipio de Tepatlaxco, también del cantón de Córdoba, con motivo de los linderos que a cada uno le correspondían. Ixhuatlán, con el aval de la Secretaría del Gobierno del estado, delimitó su territorio, en 1900, a partir de una recta tirada de Norte a Sur desde el punto denominado Paso Real de Huatusco a orillas del río Jamapa, hasta una meta que debió ser colocada en la base meridional de Cerro Gacho. El municipio comprendería a las congregaciones de: Guzmantla, Ixcapantla, Ixcatla, Los Naranjos, Ocotitlán, Presidio, Tenango y Tlamatoca. Las rancherías de: Amoluca, Baxcuantla, Buenavista, La Laguna, La Maroma, Muyapan, Ocotilanapa, Opatla, El Potrerillo, Presidio, La Providencia, La Troje y la Ventana. Los ranchos de Ixviontla, Tepatlán y Tepostlapanca. Las Chozas de Ixhuatequilla, Matlaquiahua, Pizarrotla, Tenango y Tetela. La importancia de la delimitación saltaba a la vista, ya que de ella dependían las unidades de producción que se encontraban en el propio municipio. En este sentido, el censo de haciendas del cantón de Córdoba, del año de 1907, registró 23 haciendas dedicadas exclusivamente al cultivo del café, de ellas, dos correspondían al municipio de Ixhuatlán: La hacienda de Buenavista, propiedad de Manuel L. de Mariere, con una extensión de 473-75-61 hectáreas dedicadas al cultivo del café y tabaco y la hacienda de Presidio, propiedad de Francisco Merino, con una extensión de 461-05-40 hectáreas, donde se producía únicamente café. La demanda de mano de obra para la nueva producción de café en algunas fincas de Ixhuatlán se habían convertido en un alternativo, aunque precario, centro de atracción laboral. Por su parte, los hombres “pudientes” del pueblo de Ixhuatlán, dedicados a la producción de café, se preocupaban por legitimar su presencia frente a la comunidad auspiciando cultos religiosos. Así, hombres como Jesús Altamirano, mandaban renovar la imagen de un antiguo patrón de cofradía: San Isidro Labrador, para quien costeó, en 1906, la fabricación de un nicho en la iglesia de San Pedro. El mismo Altamirano suscribiría, años después, la Hermandad Agricultora del Señor de la Piña que más tarde se convertiría en el santo patrón, desplazando en culto al antiguo San Pedro. La festividad de este santo patrono se realiza el primer viernes de marzo. La leyenda cuenta que un señor “acaudalado” viajaba en barco con destino a Veracruz, durante su travesía estuvo en riesgo de naufragar y perder la vida, ante lo cual prometió regalar una piña de oro a Jesús Crucificado si salía con vida de aquel trance; al lograrlo, cumplió su promesa y llevó a la iglesia de Ixhuatlán su ofrenda. El culto al “Señor de la Piña” se arraigó en la comunidad, al grado de convertirla en la fiesta más importante de su calendario, la cual coincide también con la cosecha del café. A la fiesta concurrían las diferentes congregaciones del municipio portando sus estandartes, los danzantes de Santiagos, y los de Negros; el obispo asistía a celebrar confirmaciones y se realizan jaripeos, novilladas, peleas de gallos, torneos de cintas, carreras de caballos y se establecía una pequeña fiesta comercial en los alrededores de la iglesia. Pocos años después, Ixhuatlán ya era un lugar de producción cafetalera cultivada en diversas fincas de algunas de las congregaciones del municipio, entre ellas Chichicastle, Olotla, Yerbabuena, Clascahuitla, Pizarrotla, Presidio, La Troje, y Guzmantla. Incluso habían recibido invitación de la Secretaría de Agricultura y Fomento para participar en la exposición de Río de Janeiro, Brasil, con muestras de su café. Esta era una cara de la moneda, la otra era que la lucha por demanda de tierras se intensificaba. Uno de los casos con mayores repercusiones fue en la Congregación de Naranjos, donde la familia Velázquez tenía en propiedad 50 hectáreas, mismas que fueron repartidas a instancia del gobierno a nuevos agraristas, pues ya en aquella zona se había hecho una primera dotación de tierras y conformado un Comité no sin costos sangrientos. Para 1929 fue asesinado el presidente reelecto para la República, Álvaro Obregón; parecía que los asesinatos por razones políticas estaban a la orden del día, pues en Ixhuatlán, Gregorio Bustamante, presidente de la junta de administración civil, informaba que el año de 1928 el Tesorero y el Secretario del anterior ayuntamiento habían sido asesinados. La situación cambió con Lázaro Cárdenas en la presidencia de la República. El fiel de la balanza se movió hacia las demandas del sector campesino, dejando a los terratenientes de Ixhuatlán en posición de debilidad al apoyar a un nuevo Ayuntamiento, donde el peso político de éstos ya no se manifestaba en bloque. Por ello, se empezaron a tomar decisiones como multar a los propietarios que maquilaban café y echaban el agua sucia a la calle o la canalizaban a los ríos, pues ello, se dijo, era causa de epidemias. También se propuso a los acopiadores Ricardo Régules y Darío González que apoyaran con el empedrado de caminos que ellos mismos utilizaban. Ixhuatlán entró a la segunda mitad del siglo XX con la mayor parte de sus comunidades dedicadas al cultivo del café; ello le valió ser denominado Ixhuatlán del Café y su cabecera municipal fue elevada a la categoría de Villa por decreto del 22 de noviembre de 1956. Entre los personajes ilustres destacan, el C. Jesús Feíto Merino, quien como presidente municipal introdujo la energía eléctrica en la cabecera municipal en 1950. También el C. Luis Velázquez, quién como presidente municipal inicia la apertura de la carretera Ixhuatlán – Coscomatepec en el año de 1952. Toponimia, VeracruzToponimia: La palabra Ixhuatlán es de origen náhuatl, izhuatlán, que significa hoja de maíz verde. La palabra no parece verbal sino de origen nominal, como las de terminación tlan, abundancia; se traduce como “lugar en que abundan las hojas de maíz”. El jeroglífico es ideográfico, se compone de una mazorca de maíz, invertida con las hojas hacia arriba.Personajes Ilustres, VeracruzCronología de hechos históricos, VeracruzMedio físico, VeracruzIxhuatlán del Café se ubica al centro-sur del estado de Veracruz, en los 19º 03´ latitud norte y 95º 59´ latitud oeste, con una altitud sobre del nivel del mar de 1350 metros. Limita con Amatlán de los Reyes, Atoyac, Córdoba, Coscomatepec, Huatusco, Tepatlaxco y Tomatlán. Ixhuatlán del Café pertenece a la región de Las Montañas, ubicada en la parte cetro-sur de la entidad veracruzana. Esta región cuenta con 6,350.85 kilómetros cuadrados lo que la ubica en la quinta posición en cuanto a extensión territorial.Ecosistemas, VeracruzFlora: La flora del municipio está compuesta mayormente por especies silvestres. Las especies vegetales en el municipio son el Bosque Mesófilo de Montaña o bosque caducifolio y la Selva Mediana Subperennifolia. La primera es una comunidad arbórea densa, desarrollada en sitios húmedos, con neblinas frecuentes, entre 800 y 2,400 metros. Incluye tanto árboles perennifolios como caducifolios, representados en las vertientes noroeste del Cofre de Perote y Pico de Orizaba. Hay abundancia de líquenes, musgos, pteridofitas, fanerógamas, lianas, epifitas y helechos arborescentes. La segunda es una selva que varía de 15 a 30 metros de altura, desarrollándose en climas cálidos húmedos y subhúmedos. Entre el 25 y 30 por ciento de las especies que la constituyen pierden sus hojas en la apoca seca del año. Se presenta sobre terrenos de pendientes muy fuertes de naturaleza rocosa, cárstica, generalmente con drenaje rápido. Las especies dominantes son: chicozapote, mulato, ramatinaja, musgo, zapote prieto, barbasco, bezo y papaya cimarronaFauna: La fauna que habita en el municipio está compuesta mayormente por especies silvestres. Entre la fauna del Bosque Mesófilo de Montaña se encuentran especies como: rana, lagartija, garza bueyera, pijul, primavera, lindatarde, ojo de crudo, murciélago, pato buzo, culebra lagartijera, falsa colarillo, tlacuache, armadillo codorniz, pecho amarillo, entre otras. Entre las especies que habitan la Selva Mediana se encuentran: ranita de hojarasca, lagartija arborícola, nauyaca, perritos, víbora voladora, chachalaca, coa, tucán, tejón, tigrillo, entre otras. Atractivos culturales y turísticos, VeracruzPoblaciones del Municipio de
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