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Reseña Histórica

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Epoca Prehispánica

En la fase Tlatempa, 30 villas toman el control de 120 aldeas y estancias, mismas que se encuentran distribuidas en una extensión aproximada de 2 200 kilómetros cuadrados, calculado una población de 39 000 habitantes. Entre las 30 villas destaca la que se ubicó en terrenos de San Rafael Tenanyecac, el asentamiento más antiguo de Nativitas.

La villa de San Rafael Tenanyecac debió contar con una estructura piramidal y gran diversidad en sus construcciones arquitectónicas, lo que permitió una diferenciación social hacía el interior de la misma. El grueso de la población debió tener construcciones sin cimentación y de material perecedero.

aquitectura olmeca-xicalanca
La construcción de terrazas en las laderas de las lomas se multiplican, a la par que se desarrollan las técnicas para el control y aprovechamiento del agua de lluvia, mediante la construcción de canales en la parte superior o inicio de la terraza, dando continuidad al peralte de la terraza anterior. Los canales servían para drenar los excesos de agua orientándolos hacía pequeñas barrancas; cuando la cantidad de agua captada era moderada, los campesinos taponeaban con piedra y lodo los extremos de los canales para mantener la humedad más halla del periodo de lluvia. En este último caso, el agua arrastraba un sedimento rico en arcillas y limus asentado en el fondo de los canales, que al desazolvarlos se usaban como fertilizantes.

La explotación de terrenos mediante la construcción de terrazas, permitió el aprovechamiento de sitios que por su configuración orográfica hubiera sido imposible utilizar, además servían para evitar la erosión de los suelos. De la construcción de canales y el aprovechamiento del agua, se deduce que los campesinos de San Rafael Tenanyecac habían logrado acumular conocimientos sobre los ciclos climáticos, de las estaciones del año y de los posibles ciclos agrícolas. Conocimientos que detentaban los chamanes o sacerdotes.

La cerámica en esta fase adquiere mayor relevancia por su calidad, formas y usos. Las piezas serán conocidas como vajilla Tlatempa blanca y Tlatempa rojo. La primera en sus variantes inciso y excavado, y la segunda en las modalidades rojo sobre blanco raspado y rojo interior blanco exterior. Los metates plenamente elaborados en formas ovalada y rectangular, con o sin patas, así como las manos u objetos activos para moler fueron de formas cortas y alargadas, confeccionados por los ralladores de piedra de San Rafael Tenanyecac, quienes también producen las navajas prismáticas de obsidiana, de sílex o de basalto y puntas de proyectil, predominando las de espigas. No está ausente la confección de cuchillos, raspadores, tasadores y perforadoras.

Es muy probable que como parte de la producción del ajuar utilitario de esta fase, los artesanos de San Rafael Tenanyecac también hayan incursionado en la producción de redes y cestas elaboradas de fibras vegetales, así como punzones y agujas de hueso, además de otros materiales de madera como astiles sobre los cuales montaron las puntas de proyectil, y que no han llegado hasta nosotros.

Con la aparición de los comerciantes y el crecimiento de los oficios como los ceramistas, albañiles, ralladores de piedra, cesteros, etc., la sociedad se muestra más especializada. Despuntan los chamanes o sacerdotes al administrar los ritos y el culto religioso a Huehuetéolt, y a otros dioses que aparecen en figurillas de barro con características zoomorfas y antropomorfas. Los sacerdotes se convierten en los dirigentes de San Rafael Tenanyecac, pues habiendo acumulado los conocimientos técnicos, son los que deciden sobre los momentos para la siembra y cosecha así como su distribución, incluyendo estos eventos como parte de los ritos y ceremonias religiosas.

Las técnicas de construcción se multiplican, los arquitectos del Nativitas prehispánico fabrican retículas de adobe rellenos de piedra o tierra, como base o núcleo de la construcción de sus plataformas o pirámides escalonadas, recubriendo con estuco las estructuras cívico-religiosas construidas con piedra careada o tepetate recortado. Es probable que el diseño arquitectónico del cerro Xochitécatl, asumiera una forma defensiva mediante la construcción de fosos y observatorio militar, pues se observan lugares de control para la entrada y salida de la población. Los ingenieros hidráulicos de La Canterita o El Crucero, llegan a controlar los recursos hidráulicos al máximo cuando aprovechan los campos inundados o un nivel freático elevado para construir chinampas y camellones, donde realizan cultivos de humedad. Este paso tiene un alto significado, porque el hombre ya no sólo intenta controlar el medio, sino que lo modifica. Estos adelantos son posibles cuando la intelectualidad de La Canterita o El Crucero, tienen un conocimiento preciso de su hábitat, y cuentan además con una organización social fuerte que centraliza el poder.

Solamente al noroeste del Bloque Nativitas, San Juan Mixco mantiene su condición de ciudad fortificada, de la que dependen 12 poblaciones menores. Los sistemas constructivos en San Juan Mixco siguen siendo los mismos que la fase Tezoquipan, con la construcción de plataformas superpuestas en talud y la orientación norte-sur, de los edificios principales, con ligera desviación al este. Se deja de usar el recubrimiento con estuco y cuando aparece, es más delgado que el usado en la fase Tezoquipan. San Juan Mixco en estas condiciones dedica sus energías más a la fortificación que a los edificios de carácter religioso. Las pirámides o plataformas sólo presentan paramentos en talud y de un sólo cuerpo, a diferencia de las fases anteriores donde las pirámides se construían de dos a tres cuerpos superpuestos. Para esta época el tablero-talud ha sido totalmente abandonado.

Los campesinos de San Juan Mixco ya habían asimilado los adelantos logrados en la producción agrícola, con las técnicas de cultivo y el instrumental técnico para el control del agua. Durante la fase lo seguirán utilizando sin realizar innovaciones. En el caso de los cultivos de humedad encontramos una disminución de la construcción de chinampas y camellones, como consecuencia de una modificación en la posesión y control de los terrenos, pues las planicies pasan a control de los grupos teotihuacanos o de cultura cholululteca, dejando las cimas, laderas, cañadas y estrechos valles a los grupos Tenanyecac.

La Colonial.- Don Diego Muñoz Camargo en la Relación Geográfica del siglo XVI confirma que el lugar tenía escasa población en los años inmediatos de la conquista, pues comenta que la dispersión de la población obligó a las autoridades eclesiásticas a congregar a \"los indios\" que estaban desparramados en unas \"ciénegas\", concentrándolos en la vieja población de Yancuitlalpan a efecto de establecer una \"doctrina\", pues resultaba difícil atender a su evangelización, por la dispersión de los asentamientos. Agrega el historiador, que por acuerdo de don Martín Enríquez, se fundó un monasterio de la orden de San Francisco. Nativitas es descrito como abundante en cosechas de maíz y de legumbres porque cuenta con abundante agua, procedente de los ríos que pasan a sus lados, como por las numerosas ciénegas que subsisten.

No ha sido posible precisar la fecha de la refundación colonial de Santa María Nativitas, pero pudo ocurrir alrededor de 1560, siendo virrey de la Nueva España don Luis de Velasco. Pedro Oróz, Jerónimo de Mendieta y Francisco Suárez en su Relación de la descripción de la provincia del Santo Evangelio que es en las indias occidentales que llaman la Nueva España, hecha en el año de 1585, indican que el monasterio de Santa María Nativitas tenía un predicador y otro fraile, que el convento estaba viejo o mal conservado, aún cuando su construcción debió ser posterior a 1569.

El proceso de penetración española en Nativitas fue rápido. En la última década del siglo XVI, del catastro elaborado para la relación geográfica, se desprende que Nativitas contaba con 32 propietarios rurales españoles y un mulato Juan Díaz, dedicados a la producción agropecuaria. La mayoría de los propietarios españoles se dedicaban a la producción mercantil de maíz y trigo, obteniendo altos rendimientos, pues la relación entre simiente y cosecha se calculaba de 1 a 300-600 fanegas. El alto rendimiento era consecuencia de la disponibilidad de recursos acuíferos y de la excelente tierra, pero además los europeos habían realizado algunas innovaciones tecnológicas que superaban con creces los usados por los cultivadores indígenas: el uso del buey y la roturación del terreno mediante el arado de reja, además del uso de fertilizantes de procedencia animal, etc. Es probable que los colonos españoles más emprendedores hayan construido canales de riego en ese momento.

En la Memoria de Propietarios Rurales de 1630, se registra el nombre de 19 propiedades, entre ellos el de la Compañía de Jesús, que tenían en sus fincas 204 gañanes casados y 32 solteros. Las cifras anteriores dan una idea del grado de penetración que habían alcanzado los españoles en Nativitas y las transformaciones que estaban ocurriendo en la producción agrícola, dando preeminencia a la producción mercantil, frente a la producción de autoconsumo en la que se había replegado los agricultores indígenas de las ciénegas, donde practicaban los cultivos de humedad mediante la construcción de chinampas y camellones, tecnología que habían heredado de sus antepasados, y de las que obtenían hasta tres cosechas anuales de chile, frijol, calabaza, amaranto y maíz.

Los españoles en Nativitas no se interesaron por el ganado, por que pronto observaron que la fertilidad del suelo provenía de los desbordamientos de los ríos Zahuapan y Atoyac, que dejaban las tierras enlamadas una vez que las aguas tomaban su cause natural. La lama contenía el limus que arrastraban las aguas de los ríos fertilizando de manera natural los suelos adyacentes. La producción de maíz, trigo, cebada, centeno, frijol, haba, alverjón, lenteja, chile, etc., fue propicia en estas condiciones, además también se producía una amplia variedad de hortalizas. Nativitas como en el resto de Tlaxcala, resultó afectada por el diagnóstico de la Nueva España que elaboró don José de Gálvez entre 1759 y 1788, y del que la monarquía española se propuso transformar la administración colonial, con el objeto de incrementar la riqueza que era transferida a la metrópoli. Con esta medida, La corona y las autoridades del virreinato pretendían menoscabar los privilegios y las viejas ordenanzas que daba a Tlaxcala autonomía. se desconoce cuál fue la participación de Nativitas en el conflicto, pero es probable que participó al lado del Cabildo de Tlaxcala, quien emprendió una campaña hasta obtener la separación de su gobierno respecto de la Intendencia de Puebla.

La antigua Provincia de Tlaxcala, antes de la Independencia estaba dividida en siete tenientazgos. El tenientazgo de Nativitas incluía las poblaciones siguientes: Santa María Nativitas, Santo Toribio Xicotzingo, Santa Inés Zacatelco, San Francisco Tepeyanco, Santa Isabel Xiloxoxtla, San Luis Teolocholco, San Antonio Acuamanala, San Pablo del Monte, Santa María Aztama, San Cosme Mazatecochco, San Miguel Tenancingo, Santa María Axotla, San Francisco Papalotla, San Vicente y Santo Tomás Xoxtla.

La situación económica y social debió ser próspera para los hacendados y para sus administradores de las diferentes fincas de Nativitas, en los años que precedieron a la guerra de Independencia. Pero no era agradable para los gañanes y para los habitantes de los diferentes pueblos, quienes subsistían de milagro. Por ello no les fue difícil incorporarse de manera individual a las filas de los insurgentes.

Siglo XIX

La Independencia.- Entre los forjadores de la nueva Patria destaca la figura señera de Vicente Gómez, originario de Nativitas, quien junto con sus familiares empuñarón la espada en defensa de la libertad y contra la opresión española. Vicente Gómez, Juan Francisco Osorno, Miguel Serrano, Antonio Arroyo y Juan Cortés, formaron la pléya de tlaxcaltecas que se unieron a las fuerzas insurgentes. Mantuvieron un contacto permanente con la junta de Zitácuaro bajo el liderazgo de José López Rayón y posteriormente con las fuerzas de don José María Morelos. A la muerte del \"Rayo del Sur\" las disidencias estuvieron a la orden del día, desmoralizando a los revolucionarios de Nativitas. Muchos de ellos se acogieron al indulto que ofreció don Félix Calleja Molino del Rey, por lo que desmerecieron ante la posteridad. Esta no debería ser tan severa en su juicio, pues debe tomar en consideración las circunstancias del momento.

El territorio subsistía gracias a las haciendas agrícolas y ganaderas, sobre todo las de Tlaxco, Huamantla, Chiautempan y Santa María Nativitas. El ascenso de los centralistas significó un retroceso mayor para Tlaxcala y Nativitas, pues de manera autoritaria y sin consultar a la población, Tlaxcala fue anexada al Departamento de México, como un distrito más, con capital en la lejana ciudad de Toluca.

La Reforma.- Fue en la administración de don Miguel Lira y Ortega que se inicia la apertura y construcción del camino de Nativitas a la tierra Caliente, cuyos trabajos fueron costeados por los hacendados del Valle de Nativitas, quienes se organizaron bajo la presidencia de don Bernardo Caso. Para operar el nuevo camino fue necesario construir un puente de tamaño mayor sobre el río Atoyac y otros cinco más a lo largo del camino de cantera, que fueron costeados por los hacendados don Félix Pérez, don Manuel Conde, don Juan Espino y don Baldomero Rejón y otros hacendados más.

El Porfiriato.- Es muy probable que los hacendados de Nativitas, hallan solicitado los buenos oficios del gobernador para que éste, a su vez, le pidiera al presidente Porfirio Díaz que el trazo del Ferrocarril Interoceánico fuera desviado un kilómetro y cruzara por el valle de Nativitas.

No debieron tener mucho éxito las gestiones porque para suplir esa deficiencia, los 7 más importantes hacendados se asociaron para construir un ferrocarril de uso privado al que denominaron \"Agrícola del Valle de Nativitas\", el cual comunicó a las 7 fincas con dos estaciones: la de Aculco, del Ferrocarril Interoceánico y la de Panzacola, con el Ferrocarril Mexicano.

Los pueblos paradójicamente luchaban por tener acceso al agua que les suministraban las haciendas, pero no pudieron librarse de los excesos que los inundaban cuando las lluvias eran abundantes, provocando el desbordamiento de los ríos. Las acciones de la naturaleza fueron tan graves que varios pueblos desaparecieron, como el de Santa Elena en el municipio de Nativitas, cuyos terrenos eran inundados frecuentemente por los ríos Zahuapan y el Atoyac. Estos terrenos fueron comprados por la hacienda de Santa Agueda, trasladándose los antiguos moradores a San Jorge Tezoquipan, del municipio de Panotla. Otro caso similar fue del de Santo Tomás Xoxtla, que fue trasladado por orden del gobernador en 1887 a terrenos de \"La Virgen\" dentro del municipio de Nativitas, por las inundaciones a que estaba sujeto en los periodos de lluvias.

A veces los conflictos surgían entre los dueños de los terrenos que habían sido adjudicados como consecuencia de la aplicación de la desamortización de las antiguas propiedades comunales. Como sucedió entre los vecinos de Nativitas donde las autoridades intentaron anular adjudicaciones concedidas con anterioridad.

Las pugnas de los grupos políticos en Nativitas se manifestaron en las elecciones municipales de 1904, 1906 y 1907, comicios que fueron anulados ante el cúmulo de quejas y recriminaciones de fraudes. Pese a estas inconformidades o seguramente por ellas, subsistía en Nativitas el \"Club Melchor Ocampo\" que sostenía la reelección de don Próspero Cahuantzi para el periodo 1909-1913. La directiva del club estaba integrada por Marcial Dávila, Joaquín de San Pedro, Isaac Morales, Luis Pérez y Agustín Sánchez.

Siglo XX

La Revolución Mexicana.- Los natividences sentían la imperiosa necesidad de sumarse a la revolución, pero el \"Resguardo Agrícola\", fuerza armada pagada por los hacendados de Nativitas, inhibían el descontento que privaba en los peones acasillados de las haciendas.

Los revolucionarios tlaxcaltecas no dan tregua al gobierno usurpador y entre los muchos enfrentamientos que ocurren destaca el del 3 de junio de 1917, cuando los constitucionalistas coronan los cerros alrededor de Nativitas y quienes se lanzan a as dos de la tarde contra el destacamento federal que se encontraban en la población. El fuego nutrido duró hasta las cuatro de la tarde, pero ante la imposibilidad de tomar la población, se retiran los revolucionarios.

Los vecinos de Nativitas recuerdan con afecto al general Domingo Arenas, quien durante la administración del general Machorro, ordenó a su subalterno, general Marcelo Portillo, fraccionar la hacienda de San Juan Mixco entre los vecinos de San Damián Texoloc, Santa Apolonia Teacalco y San Vicente Xochitecatitla.

Epoca Contemporánea.- Domingo Arenas a su paso por Nativitas dejó una estela de ideales agraristas que difícilmente iban a olvidar los campesinos. Quienes con añoranza vieron a los gobiernos revolucionarios fraccionar las haciendas en un acto de justicia social y de distribución de la riqueza, auguraron el fracaso de la propiedad ejidal. Los primeros balbuceos de los ejidatarios no fueron fáciles, pero sólo la tenacidad y el amor a la tierra superaron las inercias de la vieja servidumbre a la que habían estado sometidos. El distrito de riego del Atoyac-Zahuapan, que abarca 3 800 hectáreas, sigue produciendo excelentes cosechas de maíz, trigo, frijol, hortalizas, forrajes y frutales. La tierra no ha perdido su fertilidad, pues los ejidatarios conservan muchas de las técnicas prehispánicas de cultivo, mejoradas con las contemporáneas.

Tampoco han olvidado el manejo del ganado lechero que hizo famosa a Santa Agueda. Siguen creando y manteniendo un numeroso hato lechero. También han desarrollado granjas porcinas y avícolas, e incluso la apicultura es una actividad con muchos seguidores.

La energía eléctrica vino a impulsar el desarrollo regional. De igual manera ha coadyuvado al mismo, las modernas carreteras que comunican a este municipio con el resto del estado y el país. La enseñanza técnica agropecuaria a nivel de segunda enseñanza y una infraestructura de primarias y jardines de niños, así como la cercanía con otros municipios, permiten a la juventud estudiosa de Nativitas acceder a mejores niveles de educación. La salud cuenta con los servicios de instituciones públicas.

Toponimia

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El nombre original del municipio fue Yancuitlalpan, que significa \"en la tierra nueva\". El vocablo proviene de las raíces náhuatl yancuil que quiere decir nuevo o reciente, así como de tlalli que se traduce como tierra y la terminación pan, que significa en o sobre de.

Personajes Ilustres

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Juan Alberto de la Fuente
Nació en Nativitas, Tlaxcala por el año 1600. Fue obispo de Honduras y gobernador del obispado de Puebla, por nombramiento del obispo Don Juan de Palafox y Mendoza. Recibió la horla de doctor en la Universidad de México. Fue canónigo de Puebla, gran jurisconsulto y eminente maestro de la ciencia del derecho.

Cástulo Sánchez Contreras
Nació el 26 de marzo de 1903 en Nativitas, Tlaxcala, radicó en Apizaco donde fue tesorero de la construcción de la basílica de Nuestra Señora de la Misericordia y notario parroquial de monseñor Marcial Aguila. Murió en la ciudad de Puebla el 15 de julio de 1966, fue inhumado en Apizaco. Colaboró activamente en el boletín parroquial de Apizaco titulado \"la gran promesa del corazón de Jesús y La Misericordia de María\", cuyo primer número apareció en septiembre de 1947 y el último en diciembre de 1963. Escribió numerosos artículos en \"El Heraldo\", semanario de Apizaco en 1949, asimismo en el semanario \"Jueves de Excélsior\" de la ciudad de México, en el diario \"El Sol de Tlaxcala y en la revista Ocotlán.

En 1962 publicó sus \"Apuntes históricos de San Miguel Arcángel y de su aparición en San Miguel del Milagro\" opúsculo de 40 páginas, grabados, sin pie de imprenta. En 1966 su \"monografía de San María de la Misericordia y Memorias de la ciudad de Apizaco\", sin pie de imprenta, 36 páginas con grabados como el de Don Venustiano Carranza recorriendo a caballo la Avenida Independencia, hoy Emilio Sánchez Piedras, el 8 de mayo de 1920.

Roman Sánchez Araoz
Nació en Nativitas, Tlaxcala, el 3 de octubre de 1932, estudió en el seminario palafoxiano de Puebla hasta teología, a partir del 16 de abril de 1955 se dedicó al periodismo en la antigua cadena García Valseca como reportero en La Voz de Puebla, en 1972 fue jefe de información, en 1978 director de El Sol de Jalapa, en 1980 director adjunto en la ciudad de México de la Organización Editorial Mexicana que compró los diarios de la cadena García Valseca, hasta marzo de 1983 en que renunció. Viajó como corresponsal para cubrir las etapas del concilio vaticano en Roma. Catedrático de Filosofía y Francés en la Normal Superior de Puebla y en la Universidad Femenina. Director y fundador del semanario La Voz de Apizaco 1983-1987.

Cronología de hechos históricos

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Medio físico

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Ubicado en el Altiplano central mexicano a 2,200 metros sobre el nivel del mar, el municipio de Nativitas se sitúa en un eje de coordenadas geográficas entre los 19 grados 14 minutos latitud norte y 98 grados 19 minutos longitud oeste.

Localizado en el sur del estado, el municipio de Nativitas colinda al norte con los municipios de San Damián Texóloc y Santa Ana Nopalucan; al sur colinda con el estado de Puebla; al oriente se establecen linderos con los municipios de Tetlatlahuca, Santa Apolonia Teacalco y Zacatelco, por último al poniente colinda con el municipio de Tepetitla de Lardizábal.

Ecosistemas

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Flora

Por su ubicación geográfica, clima, y gran crecimiento urbano, el municipio prácticamente no presenta vegetación silvestre, la vegetación actual es de tipo secundaria, asociada a los terrenos de cultivo, donde se observan árboles de sauce (Salix bonplandiana), tejocote (Crataegus pubescens), capulín (Prunus serotina), tepozán (Buddleia cordata) y pirul (Schinus molle). En las calles, caminos vecinales y carreteras se encuentran árboles de fresno (Fraxinus uhdei), cedro blanco (Cupressus benthamii), y especies introducidas como la casuarina, el eucalipto y el trueno. El único vestigio de vegetación silvestre, está representado por la vegetación de galería que se localiza en la rivera del río Atoyac, misma que está constituida fundamentalmente por ailes (Alnus acuminata), fresnos (Fraxinus uhdei) y sauces (Salix bonplandiana).

Fauna

No obstante el crecimiento y expansión acelerada de la mancha urbana, en el territorio del municipio, todavía es común encontrar algún tipo de fauna silvestre como; conejo (Silvilagus floridanus), liebre (Lepus californicus), tlacuache (Didelphis marsupialis), topo y otros roedores. Aves como zopilote (Coragyps atratus), gavilán (Falco sparverius) y una gran variedad de pájaros. Reptiles como víbora de cascabel (Crotalus sp.).

Atractivos culturales y turísticos

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Zona Arqueológica de Cacaxtla.- Los habitantes de la zona de Cacaxtla fueron los olmecas-xicalancas y controlaron la región del Valle Sur de Tlaxcala y del Valle Poblano. Iniciaron su arribo hacia el año 400-500 d.n.e. y para el año 1200 ya no existen evidencias de los grupos olmecas-xicalancas en el valle de Nativitas. En 1975 se realiza un descubrimiento en esta zona, consistente en parte de sus murales. A partir de esa fecha empieza a trabajarse en el rescate del conjunto arquitectónico y sus elementos decorativos.

monumento arquitectonico de cacaxtla
La ubicación estratégica de Cacaxtla permitió a sus habitantes el intercambio cultural y comercial con los pueblos mayas, teotihucanos, mixtecos, zapotecos y totonacos; de ello hay evidencias sobradas. El edificio esta formado por un gran basamento conformado por una plataforma natural adaptada en su base a cuerpos escalonados en talud, que varían en número y forma de acuerdo a los desniveles del terreno. Era una área exclusiva para la elite gobernante y a ello se debe la riqueza decorativa de la estructura.

monolitos de piedra negra
De sus elementos arquitectónicos sobresalen sus relieves en barro y su bajo relieve, la celosía y sus murales. De estos últimos llama la atención el que presenta la pareja alacrán situada en el Templo de Venus, así como los murales de Templo Rojo; el de La Batalla y el Norte, en los que se encuentran representados hombres jaguar de gran belleza y riqueza expresiva. El mural de la batalla se pintó entre los años 650 y 700 d.c. representa el encuentro violento entre los guerreros jaguar y águila, contiene un total de 48 figuras humanas.

murales del templo rojo
Zona Arqueológica Xochitécatl.- Zona arqueológica Xochitécatl. La zona esta construida por cuatro pirámides o basamentos: pirámide de las flores, edificio de la serpiente, la espiral y el basamento de los volcanes. La pirámide de las flores es la de mayores dimensiones y la que presenta la secuencia cultural más completa: desde el período formativo medio hasta la época colonial. Aportó el más alto índice y variedad de materiales: más de 30 entierros infantiles, uno sólo de individuo adulto y ricas ofrendas y esculturas.

monumento arquitectonico de cacaxtla
En el edificio de la serpiente, los trabajos de exploración permitieron detectar tres etapas constructivas; en la parte superior del edificio pueden observarse algunos tramos de muros, de lo que fueron las edificaciones más tardías. Los elementos cerámicos son abundantes. En este conjunto se recuperaron tres esculturas: una cabeza de serpiente, un jaguar y un personaje humano, todas ellas de grandes dimensiones.

mural de la batalla entre guerreros jaguar y aguila
La espiral de forma circular, presenta características similares a las de la pirámide de Cuicuilco, situada al sur de la Ciudad de México, y resulta poco común en el altiplano central. Los especialistas opinan que esta dedicada al culto del dios Ehecatl. En la cima se encuentra una cruz de madera que, desde tiempos inmemorables, constituye un punto importante de la religión cristiana y una manifestación concreta del sincretismo religioso de nuestro país. Finalmente, el basamento de los volcanes destaca en cuanto que su trazo y orientación no corresponden con el resto del conjunto. Sus características lo sitúan cronológicamente a finales del clásico 900 d.n.e. Las recientes excavaciones han permitido la recuperación de diversas piezas del período teotihuacano.

Parroquia y Templo de Santa María.- Esta construcción religiosa constituye sin duda, una de las más bellas del estado de Tlaxcala, por la riqueza de sus elementos artísticos que la componen. En su portada tenemos el acceso al templo con arco de medio punto moldurado, coronado por una ventana coral con arco lobulado y, éste, a su vez, por frontón curvo roto; la torre luce arcos de medio punto, flanqueados por pilastras molduradas. La cúpula ochavada, remata en linternilla y está decorada en azulejo blanco y azul. En el interior se tiene un arco rebajado en el sotocoro y un coro con balaustres. La bóveda es de cañón con lunetos y cúpula de base octagonal. Pero sin duda alguna, lo más bello en este templo son sus retablos barrocos, destacando el del altar mayor con pilastras estípites bañadas en oro, combinadas con interesantes pinturas de artistas de la época.

parroquia y templo de santa maría
Parroquia Virgen de la Natividad.- Esta parroquia se construyó durante los siglos XVII y XVIII. Sus exteriores son de piedra aparente, incluyendo contrafuertes y arcos botareles, la fachada principal es aplanada con pintura color crema y portada de cantera con trabajos de rejunteo reciente. El interior conserva piso de piedra rosa y negra con pintura crema en muros y vivos azul y café, además la cúpula tiene una forma ochavada y torre con tres cuerpos con capulín. El ancho de sus muros es de 1.20 mts., la cubierta es de piedra y su forma es abovedada (bóveda lunetos); además cuenta con otros elementos como una cruz atrial y unos bienes inmuebles como retablo, retablo y ciprés, y una pila de agua bautismal.

Convento de Santa María Nativitas.- La forma de su planta es rectangular, con ábside polígonal y contrafuertes escalonados en las aristas del polígono; fue fundada entre los años 1569 y 1570. De la iglesia franciscana de este lugar quedan unos cuantos murallones carcomidos por el tiempo y la rapiña. Todo el sitio ocupado por los antiguos edificios monásticos, inclusive la iglesia, han sido fraccionados y adjudicados a particulares. A juzgar por lo poco que queda, la iglesia debió de ser de buenas proporciones. Era de planta rectangular terminada en cabecera polígonal. Los vallentes contrafuertes escalonados que sostienen y refuerzan las aristas del polígono terminal parecen indicar que esta iglesia debió de estar cubierta, en este sólo lugar, con bóveda de crucería. En la proximidad al ingreso del templo parroquial actual, se ve todavía hoy una antigua pila bautismal orlada con el cordón franciscano que debió de pertenecer al antiguo convento.

Templo de San Bernabé Aparicio.- La época de su construcción data del siglo XIX. Es de una sola nave y presenta todos sus exteriores de piedra aparente; además de una torre de tres cuerpos, el último forjado en tabique; la fachada principal es aparente, los muros son de piedra de un espesor de 80 cms., la cubierta es de piedra y de forma abovedada, cuenta con atrio y panteón.

Templo de Santo Tomás.- Fue edificado en el siglo XX. Su fachada principal es de aplanado, los muros que sostienen estas instalaciones están hechos en piedra y tienen un espesor de 60 cms., la cubierta es de concreto armado y tiene una forma abovedada (cañón corrido), es de un sólo nivel; cuenta con panteón. La torre cuenta con campana de esquila fechada en 1800. Anteriormente esta capilla pertenecía a San Bernabé Capula.

Templo de Jesús de los Tres Caminos.- Este templo fue construido durante el siglo XIX. Su fachada principal es de aplanado y mosaico, los muros son de piedra y tienen un espesor de 1.20 mts., la cubierta es de piedra y tiene una forma abovedada, lunetos. La fachada está enmarcada con dos torres de tres cuerpos, rematadas por capulín, portada forjada en tabique y acabada en mosaico y rodapié de azulejo; cúpula ochavada y dorados que corresponden a 1967.

Templo San José.- Se edificó durante el siglo XIX. La fachada principal está hecha en azulejo, los muros y la cubierta son de piedra, la forma de la cubierta es abovedada y los muros tienen un espesor de 70 cms., cuenta con atrio y panteón. La parte sur del atrio-cementerio que es la zona de acceso fue remodelada en el año de 1975. La forma de la planta es de cruz latina, carece de portada, pero en el año de 1915 le fue agregada una torre de cuatro cuerpos, acabada con azulejo y pilastras de cantera, en la zona posterior y sur se localiza la sacristía en la que se aprecian agregados contemporáneos en ambos niveles.

Templo de San Miguel del Milagro.- El templo se fundó a raíz de la aparición del Arcángel Miguel al indígena Diego Lázaro de San Francisco, los días 25 de abril, 8 de mayo y 13 de noviembre de 1631. Este mismo año se construyó una capilla sobre el manantial, en el año de 1712 el obispo de Puebla, Pedro Nogales, mandó levantar una segunda capilla, que todavía permanece. Ya el santuario dedicado al Arcángel se construyó en el siglo XVII y ha tenido sucesivas modificaciones. Su planta es de cruz latina y la fachada está recubierta de ladrillo y azulejo de talavera, la torre es de tres cuerpos rematados con capulín; en el costado posterior se localiza el curato con todos los exteriores aplanados y con agregados en niveles superiores.

En su parte central destaca una imagen del Arcángel Miguel, acompañada del escudo de Juan de Palafox y Mendoza, obispo impulsor del templo; en el interior se cuenta con una pintura mural contemporánea, además, de un ciprés de estilo neoclásico, la cual guarda una escultura del arcángel en madera policromada, tallada a mediados del siglo XVII. El púlpito de origen oriental, está decorado con relieves laqueados y su base, escultura de un ángel, está hecha en piedra tecali. Una inscripción señala el año de 1708, cuando la pieza se llevó al santuario. La cúpula del ábside está decorada por ocho óleos que el artista Ysauro G. Cervantes firmó en 1899, y en un pequeño camerín, detrás del ciprés, están las imágenes de los siete arcángeles, una escultura barroca de San Miguel, considerada entre las mejores tallas del siglo XVIII, y el sepulcro del indígena Diego Lázaro. Frente al templo se localiza La Capilla del Pocito, esta es de planta cuadrangular con bóveda y nicho a manera de linternilla, en su interior está un pozo con brocal de ónix, ostenta en el exterior un relieve de San Miguel.

Hacienda San Antonio Michac.- Este inmueble fue construido en el siglo XIX. Actualmente, una de las trojes se utiliza como capilla con cubierta de lamina, la otra conserva únicamente muros. La zona posterior (poniente) del casco esta en las mismas condiciones. Los accesos en la fachada principal son de cantera (jambas, arcos, etc.), y algunos locales de la crujía frontal conservan viguería original y arcadas en el patio.

Los espacios con que contaba son los siguientes: troje, establo, corrales, capilla, calpanerías y casa del hacendado; el tipo de producción de dicha hacienda era agrícola. Los sistemas constructivos en cubiertas planas que se utilizaron son vigas de madera y teja, viga de madera y ladrillo terrado, viga de madera y tejamanil así como viga de acero y terrado.

Hacienda Santa Agueda y Dolores.- Fue edificada durante el porfiriato y parte del siglo XX. El conjunto en general se encuentra en desuso, salvo el núcleo central que estaba dedicado a la lechería y manufacturas diversas. Las habitaciones sin cubierta conforman un patio central, parte de estas son ocupadas como oficinas del club campestre, conservan algunos aplanados de cal y arena con restos de pigmentación. Los lugares con los que cuentan son: troje, machero, corrales, establo, capilla, calpanerías y casa del hacendado; la principal producción de la hacienda era agrícola y ganadera.

Hacienda Santa Clara Atoyatenco.- Esta hacienda fue edificada durante el porfiriato y siglo XIX. La fachada principal es de tabique rojo aparente, los muros son mixtos, la cubierta es de viguería, el ancho de los muros es de 80 cms., el régimen de propiedad es privado; los sitios con que contaba son: troje, establo, corrales, capilla y casa del hacendado, la principal actividad de producción fue agrícola y ganadera. La casa grande conserva techumbre y entrepiso antiguo, la segunda crujía hacia el patio interior con arcadas. En la parte posterior hay arcadas y cubierta de establo en algunas zonas. La capilla, como otro elemento aislado, conserva parámetros verticales y una parte ya sin cubierta que originalmente fue de viguería.

Hacienda Santa Elena.- Este inmueble fue construido durante los siglos XVIII y XIX. La hacienda conserva aún la casa grande a dos niveles, con elementos en buen estado, aunque algunas zonas están apuntaladas, así como el establo en la parte posterior. La capilla y siloshacia el norte presentan trabajos de consolidación y obra nueva: al poniente, las trojes conservan muros originales y sólo una techumbre original de viguería. Los espacios con que contaba esta hacienda son: troje, machero, establo, capilla y casa del hacendado, estuvo dedicada a la agricultura y ganadería.

Hacienda Segura Michac.- La época de construcción data del siglo XIX. La fachada principal de la hacienda es de aplanado, los muros son de piedra y adobe de un espesor de 60 cms., los entrepisos y las cubiertas son de viguería. Contaba con los siguientes espacios: troje, machero, establo, corrales, calpanerías, capilla y casa del hacendado. Edificio y caballerizas de la ex-hacienda de Santa Agueda. Casa habitación en la ex-hacienda de Santa Agueda. El cuadrángulo de la casa grande conserva en uso la crujía norte, para habitación y servicios con cubierta de concreto; el resto tiene parámetros verticales ya sin techumbres y en el caso del segundo nivel, sin entrepiso. Al oriente de la casa se localizan dos trojes una de las cuales conserva cubierta de viguería, columnas de madera y aún piso de piedra y aplanados.

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Tlaxcala

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